
Los principales puntos para el acuerdo han sido dos. Primero, mantener el reglamento técnico con que se está rigiendo esta temporada en 2010, postponiendo el polémico límite presupuestaria para un futuro. Dos, que Max Mosley no se presente a la reelección como presidente de la FIA el próximo mes de octubre.
Por suerte el titular "El día que Max Mosley mató a la F1", que maldijo mi amiga Elisabet Estrella, cronista de La Sexta F1, no se cumplirá, por lo menos en la próxima temporada y esperemos que nunca.
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